¿Qué significa maternidad subrogada?
Como dice la Wikipedia, la gestación o maternidad subrogada, o también llamada gestación por sustitución o vientre de alquiler o subrogación es la práctica por la que una mujer acepta quedarse embarazada, llevar la gestación a término y dar a luz a un niño, todo ello para otra persona o pareja, las cuales son o se convierten en progenitores del niño.
¿Cuándo comenzó esta modalidad?
El inicio de esta modalidad “comercial” de gestación se remonta a los años 1970, y desde entonces viene suscitando fuertes controversias éticas, legales y sociales.
Existen múltiples posiciones respecto a la subrogación, las que entienden que es un derecho a la reproducción y al ejercicio de la libertad individual, y las que entienden que es una suerte de explotación de mujeres de baja clase socio económica.
¿Es legal la gestación subrogada?
La gestación subrogada está regulada en algunos países, existiendo inexistencia de normas o importantes lagunas normativas en otros países, lo que genera una gran inseguridad a los futuros padres y a los menores nacidos por esta práctica.
Recientemente se ha abierto en España un debate sobre esta figura de gestación, ya que en nuestro país está prohibida pero no existe sanción en caso de incumplimiento, lo que conlleva a la práctica irregular de todo el proceso con la consiguiente inseguridad jurídica de que respuesta va a dar el Gobierno a la práctica de las familias que recurren a terceros países para encargar y recoger a sus hijos gestados por una mujer extranjera.
Intervención de terceros
A lo anterior tenemos que añadir la intervención de terceros en el proceso. Existen diversas agencias españolas que actúan como intermediarias, existiendo un pago por unos servicios, ilegales en España, para que ciudadanos españoles tramiten todo el proceso en el extranjero para tener un hijo por gestación subrogada.
Los ciudadanos españoles que recurren a la gestación subrogada son Canadá, Estados Unidos, Reino Unido, India, Nepal, México, Tailandia, Ucrania, Rusia, Grecia, Georgia y Sudáfrica.
¿Cuánto cuesta la gestación subrogada?
Los precios por el proceso pueden ir desde los 30.000 a los 60.000 euros dependiendo del país, intentos de implantación de embriones fecundados, y de los servicios que ofrecen a los padres.
Polémica social en España
Respecto de las agencias intermediaria se ha producido en los últimos días un movimiento por parte del Gobierno que está generando polémica social, ya que desde el ejecutivo, a través del Ministerio de Justicia, ha solicitado a la Fiscalía General del Estado una investigación oficial sobre las actividades de las agencias que operan en España para definir y calibrar bien sus competencias.
- Desde los partidos políticos es únicamente Ciudadanos el que está por la labor de legislar esta práctica reproductiva, que propone que sea “altruista y que la mujer se preste a gestar un hijo de terceros de manera voluntaria”, sin recibir remuneración, pero sí “compensación” para cubrir los gastos del embarazo, y bajo la supervisión de un sistema oficial. Postura que no recibe el apoyo de ningún otro grupo político.
- Desde el propio PSOE, PP y Unidas Podemos se ataca a esta figura al considerar, igual que los colectivos feministas, que con esta práctica se agrede y explota a la mujer.
- El propio Parlamento europeo se opusoa la gestación subrogada en la que, según su Resolución, se usaba el cuerpo de la mujer y sus funciones reproductivas como mercancía.
Desde algunos ámbitos, como expresa Núria González, autora del libro “vientres de Alquiler”, se trata de “un negocio lucrativo que tiene a un bebé como producto y que alquila el cuerpo de una mujer”, compromete su dignidad, añadiendo que estos contratos abusivos están basados en la “extrema vulnerabilidad” de las gestantes, que suelen ser mujeres pobres. Especialmente en Ucrania, uno de los países en el punto de mira de la ministra Delgado.
Lo cierto es que es una realidad social que, a mi juicio, debería atenderse y regularse evitando así las discrepancias y polémicas hoy existentes, intentando en la medida de lo posible que esta práctica evite la explotación de la mujer, deje claras las reglas a que deben atenerse los que pretenden este tipo de reproducción, y que regule el lucro de algunos que bajo la apariencia de querer ayudar a parejas con dificultades o imposibilidad para tener descendencia obtienen importantes beneficios económicos.
No se puede ir en contra de una demanda social ya instaurada y arraigada en España, por ello … regulémosla.
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